El fraude eléctrico y sus riesgos
El fraude eléctrico es un perjuicio para todos
Consiste en la alteración ilícita de una instalación eléctrica con el fin de reducir, parcial o totalmente, el importe a pagar por la energía consumida.
EL FRAUDE Y LA SEGURIDAD
El fraude supone un grave riesgo para la seguridad y la salud de las personas, tanto del consumidor de energía como de terceros que puedan verse afectados, por realizarse al margen de la normativa eléctrica, lo que supone un mayor riesgo de electrocución, de incendio e, incluso, de muerte.
También supone un riesgo para los operarios que trabajan en las instalaciones, al desconocer la alteración de la instalación.
Como consecuencia del fraude, en los últimos años hemos asistido a un incremento de incendios en viviendas, naves o garajes que, en ocasiones, han provocado heridos de diversa consideración e, incluso, la pérdida de vidas.
EL FRAUDE Y SUS EFECTOS ECONÓMICOS
- Repercute en un incremento en tu factura y en la de todos los consumidores ya que se considera un coste adicional del sistema eléctrico nacional.
- El fraude afecta a la competitividad de las empresas: propicia la competencia desleal, ya que el defraudador ve reducidos sus costes energéticos y por consiguiente es capaz de ofrecer sus productos a precios más bajos.
- El fraude afecta a la recaudación fiscal ya que la energía defraudada y, por tanto no facturada, supone impuestos que el Estado no ingresa.
- Además existe una clara correlación entre el fraude eléctrico y actividades delictivas, como son el tráfico de estupefacientes, la ocupación de viviendas, etc.